JAJAJA, SE queja Saramago en los Cuadernos de Lanzarote de que muchos en Portugal lo tacharan de “vanidoso, egocéntrico, orgulloso, presumido y narcisista”. Qué vida más dura llevamos los ególatras en los países católicos, por favor, hasta nos van a tener que poner guardaespaldas. Es un hecho que en los países protestantes se nos trata mucho mejor: recuerdo que otro gran ególatra portugués, el futbolista Cristiano Ronaldo, que ha jugado tanto en la Premier League como en la liga española, ha declarado en más de una ocasión que el público inglés le tenía más respeto que el español, y que una de las razones que dio el entrenador José Mourinho, otro portugués ombliguista, a Florentino Pérez para marcharse del Real Madrid, fue que su hijo de once años, que jugaba en el Canillas, era silbado e insultado en muchos campos a cuenta del odio que causaba su personalidad como entrenador. ¡Silbaban y gritaban “ese portugués, qué hijoputa es” a un niño inocente! ¡A causa simplemente de que su padre famoso era un creído y un chuleta! ¡Joder con el comportamiento de los humildes! Mientras el público inglés adora a Mourinho, al que considera un bufón que hace reír, el público español se lo tomaba en serio y lo ODIABA. Acabaremos con escolta policial, ya os lo aviso, si es que nos lo tenemos muy creído, quiénes somos nosotros para darnos esos aires, nadie es mejor que nadie, etc.