DESDE HACE mucho que no me hago ilusiones conmigo. Yo soy Brigitte Bardot y todo el mundo debería saber que soy Brigitte Bardot; si noto que en alguna cuadra o hipódromo no se me trata como si lo fuera, sucede que me marcho y no vuelvo.

Este lamentable proceder es igual en vosotros, ojo: vosotros no sois ni un centímetro menos vanidosos que yo. Lo que os diferencia de mí es que vosotros, la primera vez que no os trataron como Brigitte Bardot, volvisteis a casa muy firmes y muy indignados haciendo promesa de recluiros en la soledad, pero llegada la soledad... ay. Por eso tuvisteis que regresar de nuevo al escenario, ya con el orgullo muy disminuido, y aceptar papeles de Danny de Vito, Pajares y Esteso o Florinda Chico.

Yo no. Yo he aprendido a flotar en la soledad y no renuncio a la única vida digna de vivirse. Llueva o truene, caiga hielo o arda la tierra, yo no me bajo de Brigitte Bardot.